Mindfulness & Compasión | Juan Bezos

Descubre lo que no es la atención plena o mindfulness

Son muchas las personas que tienen una idea un poco distorsionada de lo que es el mindfulness. Esto sucede porque, sin darnos cuenta, vamos desarrollando creencias, opiniones y puntos de vista que no tienen que ver con la esencia de la atención plena o mindfulness.

 

Esto es así en parte porque en estos últimos años se ha disparado la documentación sobre esta práctica y han surgido numerosos contenidos que no se ajustan a la realidad: libros, textos, artículos, formaciones, etcétera. Muchos de ellos con poco rigor y más orientados a fomentar un consumo dentro de un sector económico que orientados a crear y fomentar un estilo de vida basado en el desarrollo de la conciencia y una relación amable con uno mismo, los demás y el entorno en el que habitamos.

A través de nuestros sentidos vamos consumiendo esa información, llena de asociaciones, siendo en la mayoría de las ocasiones de una manera totalmente inconsciente. Vemos a gente meditar en películas, reportajes, carteles o documentales. También leemos titulares sorprendentes que pueden hacerte asociar mindfulness con una panacea o el antídoto a todos tus males.

qué es la atención plena

Toda esta información va creando una idea en nuestra mente llena de asociaciones sobre lo que es y no es la atención plena o mindfulness.

Esta idea es cognitiva, pero muy pocas personas desafían lo que su mente ha creado con lo que les ha llegado a través de sus sentidos, por medio de la práctica rigurosa y a manos de un profesional habilitado tanto por su experiencia personal como por su experiencia intelectual.

Estas ideas distorsionadas que no se ajustan a la verdadera naturaleza de la disciplina, condicionan su desarrollo ya que, sin darse cuenta, tienden a relacionarla desde lo que creen que es y no desde lo que realmente es.

Algunas de las creencias más comunes que presentan las personas cuando acuden a mis formaciones, y que le suponen un gran obstáculo para el aprendizaje, integración y desarrollo de mindfulness, son las siguientes.

La atención plena o mindfulness no consiste en relajarse

Ser conscientes de lo que sucede en nuestra vida puede ser cualquier cosa salvo relajante, especialmente si estamos atrapados en una situación difícil. Sin embargo, cuando vamos sabiendo más sobre nosotros mismos, nos sorprendemos menos de los sentimientos que aparecen en nosotros. Desarrollamos una relación menos reactiva con la experiencia interior. Podemos reconocer y soltar más fácilmente las tormentas emocionales.

El vivir con más consciencia en el día a día te permite no acumular, entre otras cosas, tensión y estrés, por lo que no necesitarás acudir a la práctica para experimentar ese estado.

La relajación es algo que puede ocurrir, dentro de la práctica de la meditación, pero no es un fin en sí misma.

La atención plena no es una religión

Aunque la meditación de atención plena o mindfulness haya sido practicada por monjes y monjas budistas durante más de dos mil quinientos años, no es una práctica exclusiva de esta religión. Cualquier actividad deliberada que aumente la consciencia de la experiencia del momento a momento es un ejercicio de atención plena.

atención plena o mindfulness

La psicología científica moderna considera que la atención plena es un factor curativo central en la psicoterapia. Por tanto, podemos practicarla como parte de una religión o no.

La atención plena no trata de transcender la vida ordinaria

El mindfulness establece un contacto íntimo con cada momento de nuestra vida, por trivial o mundano que sea. Las cosas simples pueden llegar a ser muy especiales (extraordinariamente ordinarias ) con este tipo de consciencia. Por ejemplo, el sabor de la comida o el color de una flor se verán realzados si les prestes suficiente atención.

práctica de mindfulness consciente

La atención plena o mindfulness también tiene que ver con experimentarse a uno mismo más plenamente, sin tratar de evitar la mundano, los bordes hechos jirones de nuestra vida, desde una mirada amable.

La atención plena o mindfulness no consiste en vaciar la mente de pensamientos

El cerebro producirá siempre pensamientos: esa es su naturaleza. La atención plena nos permite desarrollar una relación más armoniosa con nuestros pensamientos y sentimientos a través de una comprensión profunda de cómo funciona la mente.

Esta comprensión nos lleva a generar autoconocimiento, de tal forma que aquello que percibimos nos da la oportunidad de relacionarnos con ello y aquello que no percibimos actúa y no lo reconocemos.

Tal vez nos parezca como si tuviéramos menos pensamientos porque no luchamos tanto contra ellos, y más cuando tomamos conciencia de nuestra actividad mental por el ir y venir de los mismos. Son muchos los maestros que dicen: “Donde ves un pensamiento, ves una oportunidad de ver más”.

La meditación no es difícil

No deberías desanimarte cuando descubras que tu mente vaga incesantemente. Esa es la naturaleza de la mente, como también lo es hacerse finalmente consciente de su vagabundeo. Irónicamente, es en el momento mismo en el que te desesperas porque no estás atento, cuando te vuelves atento.

práctica de meditación

No es posible realizar esta práctica a la perfección, ni es posible fracasar. Por eso se le llama “práctica”, porque para la atención plena o mindfulness necesitas de distracción ya que cada distracción es una oportunidad para desarrollar el músculo de la atención.

“Las semillas de la conciencia se nutren de los nutrientes de la inconsciencia”.

La atención plena no es un modo de escapar del dolor o sufrimiento

Esta es la idea más difícil de aceptar porque raramente hacemos algo sin el deseo de sentirnos mejor. Te sentirás mejor con la meditación y la aceptación, pero solo aprendiendo a no escapar del dolor.

El dolor es como un toro furioso: cuando está confinado en una caseta estrecha, se comportará de un modo salvaje y tratará de escapar; cuando se halle en campo abierto, se calmará. La atención plena crea el espacio emocional para el dolor.

La meditación no nos mejora como personas

No meditamos para mejorarnos a nosotros mismos, sino que meditamos para terminar con nuestro esfuerzo compulsivo de hacerlo todo mejor. El signo de un practicante experimentado es la disposición a volver a la respiración, una y otra vez, sin juicio, durante décadas. En cada movimiento de volver hay un acercamiento a la reconciliación.

  • Cada momento de inconsciencia, es un momento de consolidación y mantenimiento de lo antiguo.
  • Cada momento de mindfulness es un momento de creación de algo nuevo y debilitamiento de algo antiguo.

Las distracciones son una parte de la meditación

En realidad, cada momento de reconocimiento de una distracción debería ser bien recibido, en vez de ser usado como ocasión para la autocrítica, porque demuestra que te acabas de “despertar de tu ensoñación.

 “Dar gracias por cada distracción te permite ser más tolerante, agradecido, abierto, flexible, compasivo y un largo etcétera”.

 

mindfulness atención plena

La atención plena o mindfulness no es una obligación de hacerlo bien 

En este sentido ten en cuenta que nunca lo harás bien, como tampoco lo harás mal, solamente lo harás.

El hacerlo bien está totalmente condicionado por cómo añadimos valor a nuestra vida a través de lo que hacemos. Esto es algo curioso, la cuestión no es hacerlo bien, ya que nunca sabremos si realmente eso está sucediendo, debido a que el aprendizaje, integración y desarrollo del Mindfulness no tiene fin.

Nos relacionamos desde el hacerlo bien al hacerlo lo mejor que sabemos con una intención clara y una motivación constante en el momento en el que nos encontramos.

El mindfulness te brinda un mundo por descubrir y, una vez descubierto, volvemos a empezar a descubrirlo. La atención plena o mindfulness es lo que está pasando, cuando está pasando. Mindfulness es lo que ocurre en nuestra vida, mientras pensamos en la misma…

Y una vez que hemos dicho todo esto, entonces:

¿Qué es la atención plena o mindfulness?

Es una habilidad de la vida que puede profundizar nuestro sentido del bienestar y de la satisfacción. Implica prestar atención a lo que está ocurriendo en nuestra experiencia del momento presente, con una actitud de apertura y aceptación sin prejuicios.

Involucra a todos nuestros sentidos mientras nos abrimos a toda nuestra experiencia, tomando conciencia de nuestro cuerpo, emociones, pensamientos y el ambiente externo. Se trata de «volver a nuestros sentidos», estar en contacto con nosotros mismos, con los demás y con nuestro entorno en el momento presente. Es un estado de presencia natural e intuitivo en el que podemos sentirnos más conectados, reales y vivos.

Mindfulness es un estado de ser el cual es accesible a cada uno de nosotros. Es también una habilidad que podemos cultivar más profundamente en nuestras vidas. Alguna experiencia de presencia consciente habrá sido sentida por todos nosotros durante algunos momentos de nuestras vidas, pero tal vez no sabíamos qué era cuando lo experimentamos. Te pongo algunos ejemplos para que detectes qué es la atención plena o mindfulness y cómo está presente en tu vida:


1. Tal vez hemos sentido esto en momentos más tranquilos, cuando hemos estado presentes en lugares de belleza natural, y simplemente «respirándolo», tanto si esto se trataba de una hermosa puesta de sol o estando de pie junto al mar o una cascada.  


2. Lo hemos sentido también en algunos momentos intensos: cuando estamos con un ser querido, durante el nacimiento de un niño, o incluso al estar presente con alguien que está muriendo. Estos son los momentos que podemos tener más probabilidades de recordar y menos propensos a ser distraídos por otras preocupaciones más triviales.  


3. Hemos apreciado cualidades de tal presencia consciente cuando nos hemos dedicado totalmente a una actividad que nos encanta, tocando un instrumento musical, bailando, montando a caballo, o sentados en una soleada plaza de vacaciones, bebiendo un cappuccino.  

Seremos conscientes de que este no es quizás nuestro modo habitual de operación por nuestras vidas estresantes, nuestra atención se dispersa generalmente. Por lo general estamos ocupados haciendo malabarismos con una serie de tareas y pre-ocupaciones al mismo tiempo, y ninguna de nuestras acciones o pensamientos recibe toda nuestra atención.

Es habitual que saltemos estresados de una cosa a la siguiente, como un mono en un árbol, agarrando las cosas que nos interesan o exigen nuestra atención. Luego nos trasladamos a otra  tarea y nos mantiene distraídos, atrapados en nuestros pensamientos y preocupaciones sobre lo que pasó ayer y lo que tenemos que hacer mañana o soñando despiertos.

Esto da como resultado la distracción, no oyendo plenamente lo que se nos dice, preocupación por nuestros propios problemas y preocupaciones, el juicio constante de nuestras experiencias como buenas o malas según nuestras propias preferencias y a menudo reaccionamos contra la manera en que las cosas realmente son. Éste es nuestro estado ordinario de la mente y no exactamente pacífico.

Podemos pasar una buena parte de nuestras vidas así, no estando completamente presente y, por lo tanto, perdiendo la mayoría de los momentos en los que vivimos.

Cuando nos ponemos en contacto con las cualidades del mindfulness, sentimos la sensación de “regresar a casa” con nosotros mismos de una manera más significativa. Podemos encontrar que podemos entrar en contacto con un sentido de la brillantez, la claridad del propósito, la jovialidad, la creatividad y la paz interior.

Se dice que los practicantes de mindfulness desarrollan una postura más optimista en sus vidas y un coraje que les permite trabajar con algo en vez de evitar los retos de la vida.

Ciertamente, el mindfulness no se trata sólo de tener momentos más de gozo, sino de estar más plenamente presentes en nuestras vidas, permaneciendo curiosos, abarcando todas nuestras experiencias y, lo que es más importante, cambiando la relación que tenemos con nuestro sufrimiento.